Quienes creemos en la libertad no podemos cerrar los ojos ante Bolivia

En Zabaltzen, asociación integrada en Geroa Bai, estamos siguiendo con dolor y suma inquietud los graves acontecimientos de los últimos días en Bolivia. A la renuncia forzada bajo graves amenazas del presidente Evo Morales le ha sucedido una sangrienta represión en un contexto de impunidad policial y parapolicial, orientada según todas las evidencias, a un proceso de derribo de las políticas de redistribución de la riqueza, de plurinacionalidad y descolonización económica emprendidas en los últimos años por el gobierno boliviano. La utilización del fundamentalismo religioso para encubrir el empeño de restitución del orden dominante de los que han visto cuestionados su dominación y privilegios sociales seculares nos retrae, como no puede ser menos, a lo que aquí se vivió hace ya ocho décadas.

Ni las presuntas irregularidades electorales que aparecen en el tendencioso y oscuro informe de la OEA, ni la polémica decisión del presidente de soslayar el resultado del referéndum de 2016, decisión que ahora tras su victoria electoral se intenta utilizar de forma retroactiva, pueden servir como excusa para quebrar el orden constitucional y mucho menos para un golpe de estado, como el que de facto han perpetrado funcionarios de la administración militar, que como tales se deben a su presidente, y en caso de duda al Parlamento, a cuya composición no afectaban unas elecciones de carácter presidencial, no legislativo. Este golpe representa un eslabón más en la sucesión de soluciones antidemocráticas y lesivas con los derechos humanos que al servicio de intereses transnacionales han marcado la vida contemporánea de América Latina. Particularmente hiriente nos resulta, puesto que nos afecta de cerca, la renuncia de la Unión Europea a alzar su voz ante un derrocamiento militar.

Desde Zabaltzen queremos expresar nuestra solidaridad con el pueblo boliviano y nuestra exigencia del restablecimiento del orden constitucional, de la vuelta a su país del presidente legítimo, de la retirada de los militares a los cuarteles y de la apertura de cauces de diálogo en búsqueda de soluciones compartidas, como único procedimiento humano y civilizado para la superación de los conflictos sociales. Exigencia que hacemos extensiva a los gobiernos de Navarra y España para que se posicionen de la misma manera al nivel que les corresponde.

Pamplona-Iruñea, a 21 de noviembre de 2019

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