Por Uxue Barkos, Manu Ayerdi y Patxi Leuza*

El Parlamento de Navarra asiste con perplejidad a la farsa gubernamental. Por si fuera poco preocupante el espectáculo que están dando el Gobierno de Navarra en la negociación del Convenio Económico, ámbito en el que los problemas se multiplican día a día por su falta de previsión y su inoperancia, viene ahora el director general del presupuesto a modificar unas estimaciones de ingresos fiscales cuya cuantificación, según la normativa vigente, le corresponde a la Hacienda Tributaria de Navarra. Posiblemente el director gerente del organismo autónomo se encontraba más atareado con una reorganización inexplicable e inoportuna y no ha tenido tiempo de dedicarse a lo importante.

El Ejecutivo de Barcina ha presentado tres informes según los cuales los ingresos tributarios para 2015 crecerán un 4,67% sobre la estimación de la recaudación prevista para el 31 de diciembre de 2014. Con estas nuevas cifras se pretende justificar que, a pesar de que los cálculos realizados para la reforma fiscal hace apenas un mes vaticinaban una merma recaudatoria, finalmente no sólo no habrá tal merma, sino que milagrosamente se prevé un aumento de ingresos de 150 millones respecto a la mejor estimación de recaudación para el año 2014.

Todo apunta a que se trata de una maniobra para elaborar unos presupuestos continuistas que el propio Gobierno espera no aprobar.

La sucesión de hechos no deja lugar a dudas. En junio, el Gobierno foral se ve obligado a cumplir lo que prometió, que antes del verano presentaría una reforma fiscal integral. Precipitadamente, tras la presentación de la reforma estatal, traen al Parlamento un borrador de reforma que ni cumple el procedimiento legislativo, ni responde a lo anunciado, ni está cuantificada.

A finales de agosto, tras recriminar a los grupos parlamentarios su falta de aportaciones durante los meses de julio y agosto, un prepotente vicepresidente portavoz anuncia la tramitación de los proyectos de ley foral de reforma fiscal, con unos informes económicos estáticos y, según conocimos al pedirlos, sin el visto bueno del Servicio de Intervención que pertenece a la Dirección General del Presupuesto.

En septiembre, ya en el curso de la elaboración del techo de gasto para el Presupuesto de 2015, el Gobierno cae en la cuenta de que, por un lado, hay que volver a revivir el dramático reparto de unas cifras de gastos que no satisfacen a ningún departamento y, por otro, la menor recaudación anunciada (71 millones de euros nada menos) ponía en evidencia al propio Gobierno porque cuestionaba la tan anunciada reactivación económica, base y sustento de su propuesta fiscal. Y se recurre al inflado de los ingresos fiscales porque, en un ejercicio meramente teórico y especulativo, siempre se pueden encontrar argumentos para defender el aumento o descenso de ingresos: que si las previsiones macroeconómicas han mejorado o empeorado, que si se trata de una actualización de datos, que si el Estado también los sube o los baja… Una vez más, se constata la falta de rigor, la descoordinación y la improvisación de los responsables políticos y altos cargos del Gobierno.

El disgusto y hastío por la mala praxis gubernamental en materia fiscal se hace patente no solo en los ciudadanos, empresas, entidades y parlamentarios, sino también en reputados representantes de los asesores fiscales, partícipes, según nos dijo el Gobierno, de esta reforma, pero cuyos educados artículos de opinión no dejan lugar a dudas. Geroa Bai no está de acuerdo con plantear una reforma que básicamente consiste en volver a la situación vigente en 2011, situación que tampoco entonces resolvía nuestros graves problemas financieros. Por eso hemos presentado enmiendas a la totalidad en los cuatro proyectos de ley foral, pero proponiendo sendos textos alternativos.

manu uxue patxi

Los medios de prensa voceros del Gobierno ya se han apresurado a decir que, como no salga la nefasta reforma fiscal de Barcina, los ciudadanos navarros van a estar peor que en el resto del Estado. No va a ser así. Hay propuestas de otros grupos y tres meses por delante para llegar a acuerdos y consensuar un texto alternativo. Justamente lo que no ha hecho el Ejecutivo con su propagado y manido mensaje o yo o el caos. Hay alternativa a su reforma como hay alternativa a su desgobierno.

Por lo que se refiere a la reforma del IRPF, el Gobierno de Navarra sustenta su propuesta en dos premisas que son falsas. La primera de ellas es comparar a los contribuyentes navarros con los contribuyentes de otras administraciones, sea la estatal o las vascas, en términos de tarifa, es decir, en función de los tipos impositivos o escala de gravamen que se aplica en cada territorio. La segunda es afirmar que Geroa Bai no quiere que los contribuyentes navarros tributen como los vascos.

En cuanto a la primera, señora Barcina, no hay que mentir a los ciudadanos, y usted y su partido llevan muchos años haciéndolo a sabiendas. La tributación del IRPF es el resultado de multiplicar la base liquidable por el tipo impositivo y restarle las deducciones en cuota. En Navarra la base liquidable no se calcula igual que en el Estado y las diputaciones del País Vasco, y tampoco son iguales las deducciones en cuota, por lo que, al comparar la tarifa del IRPF de Navarra con las de las otras administraciones, no compara usted magnitudes homogéneas. Prueba de ello es que cuando se estableció el copago farmacéutico como un porcentaje que variaba en función de la base liquidable de los ciudadanos, Navarra tuvo que aprobar en el Parlamento una regla de cálculo específica a partir de su IRPF para que la contribución a dicha prestación sanitaria fuera igual en todo el territorio del Estado. Por tanto, deje de engañar a la gente comparando los porcentajes de la tarifa y afirmando que estamos peor que en otros sitios.

Si ha tenido a bien leer la reforma que nuestro grupo ha planteado, proponemos una modificación de las tres magnitudes esenciales del impuesto: las reducciones en la base para la determinación de la base liquidable, la tarifa o escala de gravamen y las deducciones en cuota. Con esta forma de tributación se evita que las rentas más altas obtengan un mayor beneficio fiscal motivado por las actuales reducciones en la base y se corrige la merma recaudatoria de su propuesta. Además, con estos cambios propiciaremos que muchos navarros paguen menos IRPF del que pagan ahora.

En cuanto a la segunda premisa, Geroa Bai quiere que los navarros, desde el punto de vista fiscal, estén en la mejor situación posible. La cuestión es si a día de hoy podemos ofrecerles esto, y la respuesta es que no gracias a su Gobierno y a su partido. La Comunidad Autónoma del País Vasco negoció en 2013 el Concierto Económico y recauda los nuevos impuestos desde abril. Cumple sin problema el objetivo de déficit. Las devoluciones de impuestos a sus contribuyentes se hacen en el plazo de uno o dos meses. Es evidente que la situación sobre la que tienen que construir la fiscalidad de sus ciudadanos nada tiene que ver con la situación que vivimos aquí. En Navarra no hemos convenido todavía la recaudación de los nuevos impuestos, no sabemos cómo y en qué cuantía afectarán a los flujos financieros, tenemos una enorme incertidumbre con el problema que han generado ustedes con el IVA de VW, las devoluciones de IVA siguen tramitándose en unos plazos intolerables, las cifras que se conocen del cumplimiento del objetivo de déficit a julio hacen temer lo peor… Y eso que desconocemos, por la falta de transparencia y sus vaivenes con las cifras y la información sesgada de su Gobierno, si la realidad no es peor que lo que nos presentan.

*Diputada de Geroa Bai y parlamentarios forales de Geroa Bai, respectivamente

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