Manu Ayerdi. Parlamentario por NaBai, Presidente PNV-Nafarroa y miembro de la Permanente de Geroa Bai

 

Un poquito más de cinismo

Manu Ayerdi, uno de los pocos políticos navarros que viene mojándose con datos y por escrito del desaguisado de Caja Navarra, apunta en este artículo algo que no puede pasar desapercibido. El desastre era evitable, y el tiempo de este desastre es muy cercano y tiene nombres y apellidos entre sus responsables políticos. Una nueva llamada a la Navarra Impertérrita para que no mire hacia otro lado. Y una invitación a tod@s l@s geroabaikides a leerlo para tener argumentos en el debate público. (otros artículos de Manu Ayerdi)

PARECE que hemos llegado al final del proceso. En dos años hemos pasado de ser propietarios únicos de una Caja de Ahorros aparentemente solvente y de prestigio a ser propietarios del 1% de una entidad financiera también aparentemente solvente y de prestigio. De ahora en adelante, como me respondía hace unos días la señora Barcina en comisión parlamentaria, no se prevén grandes cambios, ya que hemos firmado un compromiso de mantener al menos el 80% de las acciones de Caixabank durante 4 años, y al menos el 65% durante 3 años más.

Una reflexión previa que no me cansaré de repetir: llegar hasta aquí no era inevitable, había otras opciones. Crecer como se creció, crear y entrar en Banca Cívica con los socios con los que se entró, o salir a bolsa eran opciones posibles que UPN y PSN respaldaron y transformaron en realidades, pero en cada uno de esos momentos hubo otras posibilidades. Los ejemplos de Caja Rural o Caja Laboral están a la vista de todos.

A partir de aquí hagamos balance. Desde una perspectiva política, las conclusiones más destacadas a mi juicio son dos: en primer lugar, el centro de decisión máximo ya no está aquí, sino que se ha desplazado a Barcelona; y en segundo lugar, los criterios que van a pesar van a ser estrictamente económicos, sin dejar ni siquiera un mínimo espacio a posibles prioridades políticas.

¿TRANSPARENCIA Y PARTICIPACIÓN?

Es cierto que hoy, como hace dos años, Caixabank ahora y antes la suma de Caja Navarra y la Caixa tienen una posición de dominio enorme tanto en depósitos como en préstamos en Navarra, pero algo ha cambiado. Caixabank tratará de mantener su cuota de mercado en Navarra siempre que le sea rentable y las decisiones sobre prestar o no prestar, en qué condiciones y a quién, se tomarán desde una perspectiva estrictamente económica. Además, una vez que superen unos límites no muy grandes, las decisiones se tomarán fuera de Navarra, pudiendo estar condicionadas por la evolución de Caixabank como entidad en otros territorios. En la situación anterior, con Caja Navarra, las decisiones se tomaban aquí y, aunque los criterios económicos pesaban mucho -y eso es lógico-, también se tenían en cuenta los intereses de la sociedad navarra. En resumen, pérdida total de control e imposibilidad absoluta de incorporar elementos políticos en la toma de decisiones. Un balance, sin duda, negativo.

Vayamos ahora a lo económico. A 31 de diciembre de 2009, cuando Caja Navarra todavía era solo Caja Navarra, el patrimonio de la entidad, como diferencia entre lo que tenía – sobre todo los préstamos realizados pendientes de cobro- y lo que debía -sobre todo los depósitos, que son de los ciudadanos-, rondaba los 1.200 millones de euros. Son datos contables presentados por el propio Consejo de Administración de la entidad. En este momento, el patrimonio de Caja Navarra, como ya se ha dicho, son sus acciones, antes en Banca Cívica, ahora en Caixabank. La pregunta es: ¿cuánto valen esas acciones?

Hay dos respuestas posibles: la primera, su valor en bolsa, que, como ya es conocido, es cambiante, pero ronda los 150 millones de euros. La segunda, su valor contable, que técnicamente sería el que deberíamos utilizar para comparar con los 1.200 millones que he citado anteriormente. Aunque no tengo el dato exacto, trataré de hacer una aproximación con los datos contables de Caixabank y de Banca Cívica a 31 de diciembre de 2011. A esta fecha, el patrimonio de Caixabank ascendía a 20.751 millones de euros y el de Banca Cívica, a 2.875 millones de euros. La suma asciende a 23.626 millones de euros. Por otro lado, se dice en distintas fuentes que Caixabank, al estudiar las cuentas de Banca Cívica, ha encontrado errores que disminuirían sensiblemente los 2.875 millones citados. De hecho, al fijar el precio de cada acción de Banca Cívica en 1,97 euros, ha valorado Banca Cívica en 977 millones.

Por redondear, imaginemos que el patrimonio contable de la nueva Caixabank con Banca Cívica, dentro y con esos ajustes, ronda los 22.000 millones de euros. Como Caja Navarra se ha quedado con el 1%, el patrimonio contable sería de aproximadamente 220 millones de euros. Es decir, en dos años, comparando valor contable con valor contable, una debacle de aproximadamente 1.000 millones de euros. Esto sí que es un balance terrible, tanto porcentualmente como en valores absolutos.

Una realidad que tiene, como no podía ser de otra manera, su impacto directo en la Obra Social. De una con una dotación anual en torno a 30-40 millones, a otra Obra Social con una dotación anual mucho menor. Al final de cuentas, si las acciones valen en bolsa 155 millones, ¿qué dividendo anual vamos a cobrar? Si fuera del 5% anual, serían casi 8 millones de euros. Si además de ello conseguimos que Fundación Caixa gaste algo más, quizá lleguemos hasta los 12 millones de euros. Pero también podemos quedarnos por debajo. Por mucho que se diga desde el Gobierno, eso no es preservar la Obra Social, sino reducirla enormemente. Cualquiera se da cuenta de que la cotización tendría que subir exponencialmente para compensar el desaguisado.

Es el momento, y creo recoger el sentir de muchos ciudadanos navarros, de pedir a UPN y PSN dos cosas más. De una parte, reconocer y pedir disculpas por el daño causado al patrimonio de todos, y en segundo lugar, explicarnos dónde se han perdido esos increíbles 1.000 millones de euros.

Sabemos que, justo antes de la salida a Bolsa, el patrimonio de todos los navarros que declaran los gestores ya se había reducido desde esos aproximadamente 1.200 millones hasta 811 millones. Sabemos también que el día de la salida a bolsa, por el solo hecho de dar entrada a nuevos accionistas al precio al que se les dio, el patrimonio de todos los navarros bajó de 811 a 529 millones, y sabemos que desde entonces hasta ahora ha caído hasta esos aproximadamente 220 que yo estimaba. Dejando fuera los del día de la salida a bolsa, que desafortunadamente están muy claros, lo que no sabemos es qué parte de los restantes millones han derivado de operaciones de la antigua Caja Navarra, y qué parte han derivado de operaciones de las antiguas Cajasol, Caja Burgos y Caja Canarias.

Recordemos que Caja Navarra, antes de la salida a Bolsa, tenía el 29,1% de Banca Cívica. La pregunta es clara: en la medida en que la gran mayoría de las pérdidas vienen de operaciones realizadas antes de 2010, ya que luego casi no se han dado operaciones nuevas, más allá de renovación o restructuración de antiguas, ¿qué porcentaje de la pérdida de patrimonio de Banca Cívica ha venido de operaciones de la antigua Caja Navarra? ¿Más o menos del 29,1%?

Me gustaría pensar que el porcentaje de pérdidas proveniente de operaciones de Caja Navarra es muy pequeño, no olvidemos que, en ese mismo periodo, 2009-2011, dos referencias comparables como Caja Rural y Caja Laboral no solo no han perdido patrimonio contable, sino que lo han incrementado un poco. Lo que pasa es que si eso fuera así, querría decir que hemos asumido un volumen muy importante de pérdidas de patrimonio provenientes del resto de las Cajas de Banca Cívica, y eso querría decir a su vez que habríamos valorado fatal a nuestros socios y habríamos negociado muy mal la parte que nos tocaba en Banca Cívica. La alternativa es mucho peor. Si el porcentaje de pérdidas de Banca Cívica provenientes de la antigua Caja Navarra es muy alto, querría decir que la gestión aquí habría sido muy deficiente, y que los números de 31 de diciembre de 2009 de Caja Navarra eran un bluff. En cualquiera de los dos casos, un desastre sin paliativos.

Si a todo ello le añadimos detalles tan poco edificantes como los de las superdietas de los señores Sanz, Barcina, Miranda y Maya, o la capacidad del señor Goñi para colocarse al frente de Banca Cívica con un magnífico blindaje, es comprensible que el desconcierto y la frustración de la ciudadanía sean totales.

UPN y PSN están tratando por todos los medios de vendernos que Caja Navarra no podía seguir sola en medio de esta crisis financiera tan grave, y que al final de estos dos años han conseguido llevarla a un puerto seguro como es Caixabank. Están tratando de convencernos de que desde Caixabank se va a atender a la ciudadanía y a las empresas navarras igual que antes con Caja Navarra, y que por lo tanto tenemos que mirar para adelante.

Mirar para adelante está bien, pero siempre que antes se haya reconocido el daño causado y se haya explicado qué sucedió para perder 1.000 millones de patrimonio. Y esta es todavía una tarea pendiente.

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