Alvaro Baraibar

Un momentico

TODAS las fiestas tienen sus momenticos y unas elecciones y una campaña electoral, por lo que tienen de componente festivo, no iban a ser menos. Ayer todos los partidos políticos cumplieron con el ritual del primero de los varios momenticos de toda campaña: la tradicional pegada de carteles. En el fondo, el acto no es sino el anuncio de un breve período de tiempo en el que todo se mirará por el filtro de lo político y quedará deformado por el tamiz de lo políticamente correcto.

El acto de la tarde-noche de ayer ya no es lo que era, pensará alguno, recordando con cierta melancolía las imágenes de unos políticos noveles empapelando paredes por todo el país a las doce y un minuto de la noche, con los todavía alegres rostros sin dar muestras del cansancio que iban a acumular tan solo unos días después. Las pegadas ahora ya no son físicas, sino virtuales y el acto oficial de arranque de campaña ya no espera a que lleguen las 00.00, sino que se convoca a las 8 de la tarde o las 10 de la noche porque lo que importa ya no es tanto el acto en sí como la presencia en los medios del día siguiente.

Las nuevas tecnologías se imponen sobre los sistemas y métodos tradicionales, pero no siempre para aportar nuevas respuestas, sino para dar una apariencia de modernidad a rituales y tradiciones que nacieron en un contexto con una lógica que ya no existe. En ocasiones, como decía un profesor mío, no se hace sino pasar a papel nuevo lo que ya estaba en papel viejo.

En lo formal ya casi nada es lo que era en una campaña electoral. En estos tiempos en que Internet permite que la comunicación sea constante y llegue en tiempo récord a todas las casas por medio de blogs, redes sociales, prensa digital, radio, televisión, etc, momenticos como el del arranque de la campaña electoral nos recuerdan que el ser humano es un animal de costumbres y de tradiciones y que hay cosas que cambian, pero sin cambiar. Tal vez por eso ayer todas las candidaturas escenificaron algo que no es sino el principio del fin de una campaña electoral que dura tanto como la propia legislatura.

[por Álvaro Baraibar, en Diario de Noticias de Navarra, 4 de noviembre de 2011]

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