Alvaro Baraibar
LA crisis está en el centro de los programas y declaraciones de todos los partidos y líderes políticos. Con casi 5 millones de parados no podía ser de otro modo. Son tiempos difíciles y peligrosos al mismo tiempo, porque algunos quieren aprovechar el viaje para convencernos de que sus propuestas, legítimas y seguramente en posesión de una parte de verdad, no son simplemente su opinión, sino la única solución posible. «Mire usted, las cosas son así», parecen querer decirnos.
El trabajo, que para unos es un derecho fundamental, para otros ha pasado a ser un privilegio, tal como pudimos escuchar de boca del candidato de UPN-PP, Carlos Salvador. Para el socialista Juan Moscoso, en el mismo debate, el trabajo era un derecho y un privilegio, sin ver en ello contradicción alguna. Tal vez buscaba una posición de centralidad entre las opiniones de su socio en el Gobierno de Navarra y las de Uxue Barkos (GeroaBai). No son solo formas de hablar más o menos acertadas, sino formas de pensar en quienes nos van a gobernar.
No es el único derecho que algunos contemplan como un privilegio. Los derechos históricos -sobre los que se cimientan los regímenes forales y fiscales de los territorios históricos (también el de Navarra)- sufren los ataques cada vez menos velados y más públicos de un centralismo a ultranza, abanderado por UPyD, que utiliza la crisis como excusa, y acusa a la antes sacrosanta España de las autonomías de ser un juguete demasiado caro. Un capricho de esos norteños, deben pensar. Su inconfeso y vergonzante nacionalismo español entiende esos derechos, recogidos por la propia Constitución, como una descentralización administrativa y lanzan a la sociedad un mensaje demagógico que falsea la verdad. Habrá que ver cómo reaccionan sectores del PP y del PSOE ante esa tentación centralizadora. El pacto constitucional de la Transición ha dejado de ser ese tótem intocable para los propios constitucionalistas. Lo vimos con motivo de la modificación del art. 135, aprobado por PSOE y PP, y también por UPN, en actitud sospechosa.
[por Álvaro Baraibar en Diario de Noticias de Navarra, 8 de noviembre de 2011]