Alvaro Baraibar

Por fin ha llegado el tan deseado anuncio del abandono definitivo de la violencia por parte de ETA. Se trata de una gran noticia que nos llena de alegría, de alivio y de esperanza a quienes vivimos en esta tierra; una noticia que la ciudadanía de este país se merecía, deseaba y reclamaba, pero que se le había negado desde hace ya demasiado tiempo. El sufrimiento y el dolor provocados por la violencia han impedido hasta ahora la normalización de la vida en nuestra tierra. El final de la violencia de ETA permite el inicio de una nueva etapa en nuestro país. A partir de ahora se abre la puerta a un proceso ilusionante y esperanzador que deberá ser abordado con generosidad pero también con exigencia y responsabilidad. El anuncio de ETA hace posible que sea por fin la ciudadanía la que se exprese libremente y la que decida qué quiere ser sin que nadie trate de imponer sus ideas a los demás. Es precisamente ahora cuando la voz de los ciudadanos y ciudadanas va a poder ser escuchada sin el ruido que hasta ahora provocaban las armas. Se trata por tanto de un principio, un punto de partida, una gran ocasión para construir entre todos la convivencia. El éxito del final de la violencia es del conjunto de la sociedad y es a ella, por medio de las instituciones, a quien le corresponde gestionar la nueva situación.Uno de los mayores retos que se nos plantean ahora mismo como sociedad para poder superar todo el daño que la violencia ha provocado es resolver y resarcir a las víctimas. Para ello va a ser imprescindible abordar comprehensivamente la cuestión de la reconciliación y de la memoria, aprovechando la ocasión para no cometer los errores de tiempos pasados. Es necesario construir, entre todos, una memoria inclusiva que permita cerrar cuidadosa y definitivamente las heridas del pasado. Una sociedad democrática como la nuestra tiene las instituciones y las herramientas necesarias como para abordar con garantías aspectos tan delicados y dolorosos como estos. Y habrá que ser exquisitos a la hora de abordarlos y de resolverlos.

Leer en Diario de Noticias de Navarra.

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