Por Antton, miembro de Zabaltzen

Reyes Zubeldia mirando a los ojos

Este artículo no sería posible si no hubiera visto la mirada serena e impresionante de Reyes Zubeldia a los ojos de los presuntos asesinos de su marido, el leitzarra J.Javier Mujika. Y si no se hubiera publicado el mismo día dos artículos de caprichoso parecido en el título, que componen el drama de dos sufrimientos y visiones resultado de un atentado tan inútil como injusto.

Por un lado Juan Carlos Mujika, sobrino del asesinado, titulaba “Una mirada necesaria” para relatar de primera mano el sufrimiento de Reyes al rememorar la muerte de su marido que le tocó revivir:

Por otro lado, Mikel Soto, encarcelado dos años y exculpado del crimen, titulaba “Sostener la mirada” un relato estremecedor que denuncia la no socialización de su caso

Mañana desayunaremos, comeremos y cenaremos entrevista de ETA en Gara, mirando seguramente a un futuro más esperanzador. Decía estos días un político que “el balance de ETA se componía de víctimas y presos”. Yo diría que cada atentado deja además un sinfín de derivadas trágicas que no son socializadas si permanecen en el silencio. Dice con acierto Alvaro Baraibar que “más allá de una memoria y olvido individuales, personales, hay también una memoria y un olvido colectivos”.

Este artículo no sería posible si no hubiera visto la mirada serena e impresionante de Reyes Zubeldia a los ojos de los presuntos asesinos de su marido, el leitzarra J.Javier Mujika. Y si no se hubiera publicado el mismo día dos artículos de caprichoso parecido en el título, que componen el drama de dos sufrimientos y visiones resultado de un atentado tan inútil como injusto.

Por un lado Juan Carlos Mujika, sobrino del asesinado, titulaba “Una mirada necesaria” para relatar de primera mano el sufrimiento de Reyes al rememorar la muerte de su mirada que le tocó revivir:

 Reyes me dijo que al mirarles sintió pena por ellos. Probablemente sintió pena porque matar supone la mayor degradación de la persona y eso se nota en las miradas…Un oficial de la Audiencia se le acercó para decirle que la jueza Murillo quería estar con ella para pedirle perdón. Le manifestó su pena por tener que haberle hecho repetir todo el episodio doloroso. Reyes le escuchó y al acabar le contestó. «Dale gracias a Dios porque con tu reacción me has dado la oportunidad de poder mirarles a los ojos, que es lo que más deseaba». La todopoderosa jueza Murillo salió llorando por la puerta de la Audiencia. (Clica para leer el artículo entero)

Por otro lado, Mikel Soto, encarcelado dos años y exculpado del crimen, titulaba “Sostener la mirada” un relato estremecedor que denuncia la no socialización de su caso:

Gran parte de la sociedad se preguntó entonces qué nos había llevado a autoinculparnos en un atentado que no habíamos cometido. No hubo entonces ni hay ahora otra respuesta: la tortura. El palo de escoba deslizándose por las nalgas de Ainara, los testículos quemados por los electrodos de Jorge, los golpes en los pies de Aurken, mi cuerpo perdiendo el conocimiento por la asfixia y el resto de terroríficas prácticas que nos fueron realizadas en las cloacas del Estado son las dolorosas respuestas a esa pregunta. (Clica para leer el artículo entero)

Dos artículos de obligada lectura para ejercer ese “ejercicio social, colectivo, delicado y exquisito de memoria que permita la reparación y en consecuencia el olvido”, tal y como señala A.Baraibar.

pintadas recientes en Elizondo

La memoria colectiva ante la violación de los derechos humanos distingue a los posicionamientos políticos y sus orientaciones electorales. Las dos fuerzas españolas más importantes extreman el concepto de que “la violencia es legítima si la ejerce el Estado”. Pedirán el voto en nombre de una victoria y despreciarán el testimonio de Mikel Soto, y mirarán para otro lado ante su denuncia, envileciendo el Estado de Derecho

Cuando leamos la entrevista con ETA mirando al futuro, bueno será que recordemos su herencia. No me cabe la menor duda de que la entrevista se produce en este momento para orientar el voto hacia un lugar determinado. No quiero imaginarme lo que tienen que sufrir en la familia Mujika cuando ven pintadas recientes agradeciendo a ETA su lucha como la de la foto, o artículos como  el de Martxelo Otamendi, salvando todas las distancias. Ese voto debe también recordar.

En Zabaltzen y GEROA BAI tenemos que negarnos cada día a alinearnos con una u otra actitud excluyente, y también orientamos el voto. Porque apostamos por una Memoria Histórica integral desde 1936 hasta hoy de cualquier violación de los derechos humanos.

 

En una tierra en la que la propia Presidenta de Navarra y su partido todavía no han reconocido a miles de víctimas asesinadas y represialadas por opinar diferente. En una tierra en la que en el propio Parlamento Vasco no han sido capaces de ponerse de acuerdo en el concepto de «víctimas» para poderles tributar el merecido reconocimiento. Porque apostamos por “recordar y reparar a todas las víctimas, y para reconocer a todos los victimarios,  hacia la quimera de la reconciliación”. Porque, sin buscar injustas equidistancias, hay que escuchar y socializar ambos testimonios.

Un comentario en «Herencias de un atentado de ETA»

  1. Me ha gustado mucho este artículo, ver las dos cartas juntas. El asesinato de Mugica me pareció horrible, como todos, pero la historia de Mikel Soto, Ainara y los otros, fue especialmente escalofriante y dolorosa. Y recuerdo que cuando los soltaron eché de menos alguna palabra por parte de la familia de Múgica. Pero supongo que es muy complicado y entiendo que ninguno pueda olvidar ni perdonar. Yo estoy segura de que no lo haría. Otra cosa es lo que tenemos que hacer como sociedad en general, y en particular los que afortunadamente no hemos sufrido ninguna de las dos atrocidades, sin entrar en comparaciones.

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